Evitando decisiones precipitadas.
Cuando las parejas no funcionan, por múltiples razones, ya siempre suele ser difícil separarse. Pero si, además, existen hijos de por medio, los padres y madres, en ocasiones, no son capaces de priorizar lo verdaderamente importante, es decir, sus hijos. Entonces, separarse bien, se convierte en una prioridad para los hijos. Encontramos algunas parejas que, sin conocimiento, se hacen daño por medio de los menores y toman decisiones en base al estado emocional en el que se encuentran, en lugar de reflexionar que será lo mejor.
¿Qué factores debemos tener en cuenta para separarnos bien?
- Quién se queda con los niños, esto es, quién ejerce la custodia.
- Qué régimen de visitas tiene el padre o madre que no está con ellos de forma continuada.
- Cómo se distribuyen los períodos vacacionales y cómo van a ser las comunicaciones entre padres e hijos.
- Qué debe pagar cada uno de los progenitores o, entre otros,
- Cómo se van tomar las decisiones que tengan que ver con los niños (colegio al que acuden, qué actividades extraescolares van a realizar…).
Esto parece sencillo, pero no siempre lo es. A veces los padres y madres no son capaces de entender que ya no forman una pareja, pero sí que siguen siendo una familia, un equipo de padres. Aquí donde siempre comentamos desde consulta:
“No tomes una decisión permanente por causa de una emoción temporal”
Aun así, es común y, en parte lógico, que no se hagan caso a las pautas que se suelen dar, debido a que padres y madres no están centrados en esos momentos. Desde nuestra labor se aconseja pensar en las consecuencias antes de realizar ningún tipo de acción y esperar a estar más tranquilos para tomar las decisiones. Entonces…
¿Qué falla para separarse bien?
la propia experiencia y los estudios al respecto, nos lo dicen:
- Encontramos que uno de los mayores problemas tiene que ver con la vivienda, es decir, quién se queda con la residencia que ha sido la residencia familiar.
- Si hay terceras personas implicadas, por una parte, o por la otra, cuesta mucho más centrarse en lo mejor para los menores, pues lo que impera es, en ocasiones, dañar a la otra parte.
- A veces son las familias extensas (abuelos, tíos u otros familiares) de las partes los que, sin darse cuenta, enturbian más que ayudan.
- Encontramos padres o madres que dañan, mediante los menores, a la otra parte, bien infundiendo información que no es real o hablando mal de la otra parte o de la nueva pareja que pueda existir.
Desde nuestro gabinete siempre estaremos dispuestos a dar pautas y recomendaciones para poder divorciarse o separarse de la mejor forma posible. Las parejas no tienen por qué durar para siempre, pero los hijos siempre estarán ahí.
Y como decía Darío Casimiro, pediatra…
“Es más sencillo construir niños fuertes que reparar adultos rotos”.
Darío Casimiro
Estamos preparando un ciclo de talleres para ayudar, desde la educación en valores y su relación con las familias, incluso cuando la pareja ya no lo es.
¿Te apuntas? Estate atento/a a nuestras redes…
CV-10891