Todos sabemos que tenemos que cuidarnos, pero el autocuidado interno tiene características específicas cuando las tratamos desde la perspectiva psicológica. Puedo sentir que llevo una vida muy sana porque hago deporte, tengo ocio, como sano. Sin embargo, por dentro tengo ganas de llorar, o estoy tremendamente estresad@. Puedo sentir incluso que estoy haciendo lo que la sociedad o mi familia espera de mi, pero que no es lo que realmente deseo para mi.
Cuidarse de uno mismo es buscar la coherencia entre lo que siento, deseo, necesito y lo que hago para conseguirlo. Escuchemos nuestro mundo interno para ayudarnos y para ello, vamos a detenernos en cada uno de los ejes sobre los que se apoya nuestro autocuidado psicológico y emocional:
CUIDO DE MI CUERPO
Las formas de autocuidado del cuerpo son bastante populares:
- Hacer ejercicio físico
- Buena alimentación
- Dormir bien
- Llevar una higiene física y postural
- Descanso
Este es el saber general de lo que es sano para el cuerpo pero escucharlo es también entender el lenguaje de mi cuerpo, su manera de hablarme, de comunicarme cómo se siente y lo que desea. Tal vez mi cuerpo desea descansar, pero no en el sofá, sino a través del contacto con la naturaleza. Hoy puede que el ejercicio que le apetece es caminar por la playa disfrutando del sol de otoño. O necesita una siesta porque está más cansado de lo habitual o estirar las piernas en alto porque he estado sentado muchas horas por el trabajo.
Escuchar y atender a mi cuerpo es una tarea que nos enseña a conocer mucho mejor la manera de cuidarlo a través de una conexión más natural y cercana. El autocuidado corporal tiene que ver con su escucha desde el cariño y el respeto.
Para y obsérvate en este momento: ¿de qué te habla tu cuerpo en este instante? Haz un escáner:
Un dolor en el cuello te dice que estás tensionad@ o que la postura que estás utilizando no es acertada. Tu estómago habla de hambre o necesitas hidratarte. Tienes ganas de contacto físico, tal vez un abrazo o una conversación tranquila con alguien al que quieres. O todo lo contrario, sientes que el silencio te ayudará a reconciliarte con la estabilidad… Autocuidado es escuchar a tu cuerpo porque él sabe lo que ocurre y lo expresa.
CUIDO DE MIS EMOCIONES
Autocuidado emocional es aprender a entender de qué me están hablando las emociones que siento. En muchas ocasiones no es tarea fácil dilucidar qué emoción se está manifestando en este momento, puesto que la complejidad humana desvía las emociones que no tolera bloqueándolas o transformándolas en otras más tolerables. Pongamos ejemplos: Si no me gusta el enfado e intento por todos los medios no hacerlo, probablemente cuando salga esa emoción trataré de bloquearla de diferentes maneras, desde fumar hasta reírme, incluso podemos ponernos a llorar transmitiendo tristeza. De igual modo que una persona que no se permita mostrar lo triste que se siente porque le hace vulnerable, es posible que muestre mucho enfado ante la persona que le haya hecho contactar con la tristeza.
Las emociones son guías que nos conducen a regularnos y a atender necesidades, así que aprendamos a escucharlas:
- Escucha el cuerpo: la emoción comienza en la sensación corporal
- Para y dedícate un poco de tiempo. Respira y confía que puedes entender.
- Responde a la pregunta ¿de qué me habla esto que siento?. Sé sincer@ contigo mism@.
- Si conoces la respuesta, sabrás lo que tienes que hacer, valora cómo hacerlo.
- Si no tienes la respuesta, espera y trata de regular la emoción porque cuando la intensidad es muy elevada es muy difícil tener una respuesta sana y adecuada.
Si es coherente y de una intensidad adecuada, aprende a saber de qué te habla para actuar.
Autocuidado emocional es respetar la emoción y ayudarla a que nos guíe hacia el camino de la necesidad que hay debajo.
CUIDO DE MIS PENSAMIENTOS
Autocuidado interno es aprender a conocer cómo funciona mi pensamiento. Las palabras vuelan en nuestra cabeza pero la entonación ejerce un poder importante sobre ellas. Vamos a analizar varias cosas:
- La velocidad de mi pensamiento porque si es muy rápida probablemente no me daré tiempo para detenerme y cambiar.
- La temática puede ser derrotista o negativista. Buscar todo lo malo que puede suceder puede llegar a ser una manera de castigarme. Entrenar la forma de buscar algo positivo suele ser el primer paso.
- La entonación con la que me hablo favorece el castigo. A veces tenemos dentro un juez colérico y rígido contra el que es muy difícil luchar. Tratarnos mal no favorece el cambio sino que nos mantiene en el sufrimiento.
- La compulsión en el pensamiento puede a llevarnos a estar con un pensamiento de manera recurrente sin poder salir de él generando mucha angustia y malestar. En este tipo de pensamientos es importante valorar la emocionalidad escondida debajo que es la que realmente asusta, así como la funcionalidad que tienen para mantenernos en el mismo lugar todo el rato tapando lo que en realidad nos duele de verdad.
Nuevamente debemos parar, observar y analizar todos estos puntos para ir añadiendo pequeños cambios que nos faciliten la vida, que nos regulen o que nos alivien el malestar. Luchar contra los pensamientos no es fácil pero podemos darle otro formato que me ayude a gestionarlo por eso suele ser tan enriquecedor escribir lo que me pasa por dentro.
CUIDO DE MI YO PROFUNDO
Este yo profundo es una personita interna, intuitiva, sencilla y sincera que vive en lo más profundo de nuestro ser definiéndonos como personas. El autocuidado interno es aprender a conocer este yo esencial con el objetivo de comprender lo que es importante para nosotr@s o no, lo que deseamos y respetar lo que somos. Por explicarlo de otro modo, es como si tuviéramos un niñ@ muy sabi@ dentro que no tiene artificio, que es natural e intuitivo por lo que nos anima a vivir de la manera más placentera posible disfrutando de la vida y de la conexión con el mundo.
Es quienes somos de verdad, por lo que encontrar a este yo esencial es una tarea complicada puesto que vivimos en una sociedad que nos obliga a poner máscaras para defendernos del mundo y de los otros. El autocuidado de este yo esencial es cuidar de parte más vulnerable, básica y natural de nosotr@s mism@s. Hazte una pregunta: Si no necesitáramos ropa, si pudiéramos vivir sin necesidad económica, ¿a qué le darías valor?
Como hemos visto, el autocuidado interno es importante y complejo, pero también apasionante y nutritivo. Recopila toda esta información y si sientes muchas carencias en tu propio autocuidado, no dudes en ponerte en contacto con nosotras que te ayudaremos a conocerte y cuidarte para que puedas vivir de manera más tranquila.
Inma García Beviá
Colegiada CV06074