Según el Diccionario de la lengua española (DRAE), el estrés significa Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.
Es una definición bastante acertada en lo que concierne a la psicología, pero no podemos olvidar que cierta cantidad de estrés, o de exigencia, es necesario para afrontar la mayoría de situaciones de la vida. Una pequeña cantidad de estrés añade la tensión, motivación o ilusión necesarias para enfrentarnos incluso a las cuestiones más cotidianas; levantarse al sonar el despertador, llegar a tiempo al trabajo, estar pendiente de la cocción para que no se no queme la comida…
Para un adecuado desempeño de nuestras funciones debemos tener un nivel equilibrado de estrés, ya que muy bajo o muy elevado dificulta el rendimiento, como muestra el siguiente gráfico.
Los factores estresantes o estresores, pueden ser de dos tipos, internos o externos. Los internos hacer referencia a aspectos internos de la persona, como por ejemplo, expectativas hacia la vida, autoexigencia, valores y creencias, etc. Los factoresexternos se refieren a aquellos estímulos que provienen del ambiente en el que nos desenvolvemos, como presiones cotidianas, exigencias laborales, problemas de relación o situaciones vitales como bodas, nacimientos, etc.
Todos estos estresores, cuando sobrepasan el límite de nuestros recursos personales, suponen un problema que puede desencadenar en distintos síntomas psicológicos, físicos y conductuales, que afectan a la calidad de vida de quien los padece e incluso de aquellos con quienes convive.
Algunos de estos síntomas son;
- Dolores de cabeza
- Mareos
- Irritación
- Cambios de humor
- Insomnio
- Baja concentración
Y si el estrés persiste a largo plazo, puede producir;
- Depresión
- Perdida o aumento significativo de peso
- Reacciones cutáneas
- Úlceras
- Problemas cardiacos
- Etc.
Nuestra mejor arma para combatir el estrés, sobre todo para que no se cronifique, es la prevención. Existen ciertos factores que pueden ayudarnos a conseguir un equilibrio que nos permita disfrutar de la vida a la vez que hacemos frente a nuestras tareas y obligaciones. Llevar una dieta sana, hacer ejercicio regularmente o dormir las horas necesarias, son algunos de los aspectos que nos proporcionan un colchón de recursos para momentos de flaqueza. Llevar un equilibrio entre responsabilidades y actividades recreativas, nos permite oxigenarnos. También, tener una actitud flexible hacia la vida y confianza en nosotros mismos son factores personales que nos protegen y nos motivan para hacer frente a cualesquiera que sean nuestras exigencias.
Esperamos que esta información os haya servido de utilidad. En próximos post ahondaremos en distintas estrategias para el afrontamiento. Mientras, si te sientes identificad@, puedes ponerte en contacto con nosotras!
Irene López Romero
CV11092
Irene.lopez@lucentumpsicologia.com
