Aunque haga calor en estas fechas, el abrazo y el contacto físico tiene importantísimos beneficios psicológicos!
Hace unos días vi una película “Migración. Un viaje patas arriba”. En resumen, son una familia de patos en su periplo de migración, y en la película hay una escena en la que los hermanos están en un momento de “desesperanza” y la hermana menor le propone algo al hermano mayor que paso a reproducir:
– Pareces enfadado…¡necesitas un abrazo!
– No Gwen, no necesito un abrazo…
– ¡No te resistas, te sentirás mucho mejor!…
Y me dio pie a pensar sobre el significado de los abrazos, sus beneficios en nuestra salud mental y los efectos negativos de no recibirlos.
Funciones de los abrazos
Los abrazos son esa forma de expresión no verbal que forman parte de nuestra cultura e, incluso iría más allá, de nuestra biología. Cada abrazo, en función del tipo de persona y que lo queramos comunicar, puede significar algo diferente.
Ya desde bien pequeños podemos ver como los progenitores acuden raudos a calmar al infante que llora con un abrazo (en caso de que dispongamos de un apego seguro y sepamos transmitirlo a nuestro ser querido, pero eso es harina de otro artículo); Ese mismo adulto puede expresar o comunicar distintas emociones a través de este contacto físico. Por ejemplo: su aprecio o cariño por la persona que tiene delante, la alegría en una celebración con unos amigos, apoyar o recoger emocionalmente a otra persona, mostrar su empatía o calmar una persona que esté sufriendo, etc. Además, de los recuerdos de personas de nuestra vida que pueden estar asociados a un abrazo, ya sea de una madre/padre, abuela/abuelo, pareja, etc.
Como se puede ver en estos ejemplos, los abrazos cumplen varias funciones:
- La expresión emocional sin palabras en la persona que lo da (apoyo, comprensión, consuelo, etc).
- Mensajes de aceptación y reconocimiento en quien los recibe lo que puede implicar un sentido de seguridad y pertenencia.
- Gestos de cariño que provocan y fortalecen los vínculos emocionales, disminuye la sensación de soledad.
- Etc.
Como animales sociales, necesitamos de la interacción con otros, y esta interacción implica
también contacto físico. Se puede encontrar en la historia un estudio de hace mucho tiempo del psicólogo estadounidense Harry Frederick Harlow, relacionado con temas de apego, donde se separaban a crías de mono de sus madres y se les daba a elegir entre un mono de alambre que les proporcionaba alimento o un mono de felpa suave pero sin alimento. Aunque acudían al mono de alambre a comer, pasaban mucho más tiempo con el mono de felpa. Llegaron a la conclusión que preferían al mono de felpa por su mayor “similitud” con el contacto físico de una madre de verdad.
Otros estudios más recientes remarcaban, por ejemplo, que la falta de muestras de afecto en niños pequeños puede tener terribles repercusiones en su desarrollo social, cognitivo y emocional. Siendo pionero, en este sentido, el estudio de René Spitz en 1940 en orfanatos y el fenómeno de “hospitalismo”.
Beneficio psicológicos de los abrazo
Vista la importancia de estos abrazos para nuestra salud mental y en nuestro desarrollo, vamos a ver una lista de beneficios de este acto, a nivel físico, emocional y social.
- Al dar una abrazo se pueden liberar ciertas hormonas “positivas” como son la oxitocina, serotonina y dopamina. Distintas hormonas relacionadas con la conexión entre personas, el bienestar y la felicidad. Además de endorfinas, analgésicos naturales y que elevan el estado de ánimo. Todo esto puede redundar también en nuestra autoestima.
- Efecto calmante debido, en parte, a que los abrazos pueden promover la activación del sistema nervioso parasimpático, encargado de la relajación del sistema nervioso, y contrarresta la respuesta “lucha o huida” ante situaciones a afrontar.
- No solo aumentas las “positivas” sino que también se reducen las hormonas “negativas” como el cortisol, relacionado al estrés, y niveles altos de este está relacionado con distintos problemas físicos.
- Reduce presión arterial y mejora el sistema inmune al aumentar la producción de glóbulos blancos, estos son los encargados de combatir enfermedades e infecciones.
- Debido a lo nombrado antes de su función de vinculación, puede aumentar la sensación de seguridad y confianza. Aumentando el vínculo afectivo y emocional con los que nos rodean, generando sensaciones de ser aceptados y reconocidos.
Efectos negativos de no recibir abrazos
La presencia de abrazos genera efectos muy beneficiosos para las personas, pero su ausencia provoca también efectos muy negativos. De hecho, ya surgieron estudios durante el confinamiento de 2020 por la COVID19, destacando lo perjudicial que podía ser la falta de contacto social y, sobre todo, físico. Relacionado con este “hambre de piel” que destacaban diferentes estudios. Entre los efectos negativos de la falta de abrazos se puede encontrar:
- Deterioro de la conexión emocional y social. Lo que aumenta el aislamiento y esto está relacionado con diferentes problemáticas físicas y mentales. Disminución de esta sensación de pertenencia y seguridad de la que hablábamos antes.
- Aumento significativo de los niveles de estrés y ansiedad, aumento de la sensación de vulnerabilidad y reducir la capacidad de manejar situaciones estresantes.
- Posibilidad de exacerbar problemas de diversa índole preexistentes.
Hay que tener en cuenta que los abrazos no resuelven los problemas, pero ayudan a poder reducir el nivel de malestar y contar con apoyo para afrontar los problemas o buscar ayuda psicoterapéutica. Una forma muy eficaz de trabajar en estos efectos negativos que hemos visto de la falta de contacto físico es, sin duda, trabajar en terapia esos aspectos que aumentan nuestro aislamiento o reducen este contacto físico y social tan necesario para nuestro bienestar y salud mental. En este tipo de dificultades y otros problemas emocionales y sociales podemos ayudarte desde Lucentum Psicología.
Los abrazos son alimento para el corazón.
Lynda Chendelin
Víctor Galarza
Colegiado CV13891