Hace menos de una semana que terminé de leer “Elogio de la locura” de Erasmo de Rotterdam. Tengo que reconocer que no es una lectura fácil. Está llena de referencias a mitos e historia clásica. Pero sin duda es una lectura muy interesante e ilustrativa, pues ya en 1511 nos habla, en tono irónico, de las bondades de ser “un poco loco”.
El libro consiste en un monólogo de la diosa “Locura”, dando una conferencia, podríamos decir, alabando y poniendo de relieve cuánto le debe el ser humano por su felicidad. Reclama como suyos los deleites de la inconsciencia, la adulación el olvido, y el amor propio, entre otros, porque… “¿Qué importa que todo el mundo te silbe, si tú mismo te aplaudes?”
Como obra irónica y satírica que es, no puede uno tomarse en serio todo lo que dice. Esa no era la intención del autor. Sin embargo, Erasmo nos traslada una visión en la que pretende que nos hagamos críticos de aquello que vemos y vivimos.
En su alegato, la Locura habla de dos tipos de locura; la que proviene de las “Furias del infierno” como serían la guerra, la violencia, etc. Y la que procede de ella que “se manifiesta por cierto alegre extravío de la razón que […] libera al alma de sus angustiosas preocupaciones”. Es esta “locura”, es la que yo reclamo como saludable. La que nos dice que se equivocan “los que estiman que la felicidad del hombre reside en las cosas mismas. Depende de la opinión que se tiene de ellas”. Es nuestra forma de entender e interpretar las cosas que nos ocurren, lo que modula nuestra reacción emocional y conductual ante ellas.
Tal y como yo lo veo, aunque esa no fuera la visión de Erasmo, esta perspectiva supone una despatologización de la vida cotidiana. Una forma de quitar hierro a los problemas en sí. De devolver al ser humano la responsabilidad de su felicidad y, aunque parezca irónico, hacernos más sabios y menos locos.
Al fin y al cabo, se trata de mirar el mundo con menos rumiación, sin crear problemas donde no los hay.
Si crees que le das demasiadas vueltas a las cosas, y que eso resta a tu felicidad, puedes ponerte en contacto con nosotras!
Irene López Romero
CV11092