Skip to main content

Los roles, los entendemos como el papel que desempeñamos en diferentes áreas de nuestra vida: hijos, padres, pareja, amigos, trabajadores, estudiantes, deportistas, cuidadores, etc. Éstos, muestran la forma de relacionarnos con los demás basándonos en los estereotipos sociales. El cómo nos desenvolvemos en esos roles, dependerá de nuestras características personales, expectativas, valores, habilidades y objetivos.

¿Los roles definen quiénes somos, o no?

Aunque creamos que sí, lo cierto es que rotundamente NO. Como dice el refrán popular: “el hábito no hace al monje”. Decir que el rol nos identifica, haciéndonos creer que somos lo que valemos, y que valemos lo que se espera de nosotros, existe una gran diferencia. Los roles tienen más que ver con la manera de interactuar en sociedad, que con nuestro verdadero yo.

¿Qué problemas acarrea identificarnos con los roles?

El problema está cuando nos valoramos íntegramente desde el rol, sin trabajar la autoconsciencia. Cuando necesitamos compararnos con los estereotipos para saber si sentirnos orgullosos o decepcionados con nosotros mismos.

Identificar nuestra valía personal con el éxito o fracaso con que desempeñamos los roles, nos perjudica en nuestro sentido del yo más profundo porque:

  • El éxito o fracaso que nos atribuimos no dependerá de nosotros, sino de lo que otros establezcan como requisitos, para juzgar si lo que hacemos cumple con los “deberías…. para ser un/a buen/a…”
  • Caemos en una trampa de comparaciones constantes con los demás, que nos conduce a errores en el autoconcepto, una merma de la autoestima y a un sufrimiento crónico por sentirnos siempre esclavos de los juicios ajenos y aún peor, de los propios.
  • Perdemos la confianza interna, presas de nuestros miedos e inseguridades más profundas, activándose el sistema de jerarquía, alerta primitiva de especie grupal, al sentirnos amenazados con ser rechazados, quedarnos fuera, lo que significaba peligro para la supervivencia.

Claves para encontrar nuestra verdadera identidad

Para dejar de identificarnos con nuestros roles y aprender a conocerse y a quererse uno mismo de forma genuina, podemos empezar trabajando con:

  • La Conexión con nuestro yo real: aprendiendo a relacionarnos de forma armoniosa con nuestros tres sistemas principales: el cuerpo, la mente y las emociones.
  • Trabajar la autoconsciencia desde la intimidad y no desde el rol: las personas no somos objetos, y por tanto no debemos buscar en los demás ni en nosotros mismos meramente la utilidad cuando se trata de relacionarnos de forma íntima. Sólo serviría si es para funcionar en un ámbito social.

Hay que indagar, conocernos e interesarnos por el otro en los sentimientos, la dignidad, el respeto a la voluntad propia, la capacidad de pensar y decidir lo que uno quiere y necesita. Pero si así no nos han tratado desde niños, será difícil hacerlo de forma espontánea en la edad adulta.

  • La Aceptación:
  • No juzgar ni juzgarnos: no es necesario poner juicios de valor, ni compararnos. No somos piezas de mercadillo. Somos personas incomparables y únicas.
  • Vivir conscientemente: Con atención plena a las experiencias presentes, nos gusten más o menos, no intentar que encajen en nuestras expectativas y mucho menos en las de otros.
  • Autocompasión: Comprendernos, empatizar, ayudarnos, no esperar a que otros lo hagan por nosotros. Aceptar que no somos perfectos.

Es el momento de actuar

Si después de leer esto, crees que necesitas actuar para encontrar tu verdadero Yo, puedes acceder a diferentes herramientas que te servirán de apoyo y orientación, como: Mindfulness, lecturas de autoayuda, podcasts, yoga, etc. Aunque siempre es recomendable contar con ayuda profesional, como la de nuestro equipo de Lucentum Psicología, que te acompañará y guiará en tu proceso de autodescubrimiento.

Susana Manzaneque. Colegiada CV14576

Avenida Pintor Baeza 7, local izquierda (al entrar en la plaza)

Teléfono: 634 565 947

info@lucentumpsicologia.com

 

Menú