Ya hablamos en la entrada anterior de este blog titulado «La Mediación» de este proceso que cuenta con una gran proyección actualmente y que presenta una serie de ventajas, principalmente en tiempo, costos económicos y emocionales, con respecto al litigio judicial tradicional. Hoy vamos a abordar las principales características y funciones del Mediador, que es pieza clave en el desarrollo de este proceso y en la toma de acuerdos.
¿Quién puede ser mediador?
El mediador debe ser licenciado, o estar instruido en formación profesional superior, en Psicología, Derecho, Trabajo Social, Educación Social, Terapeuta Ocupacional, etc. Así como tener formación específica en teoría y práctica en la Mediación.
La eficacia del mediador depende de varios factores como son la técnica de mediación utilizada, su personalidad, sus habilidades comunicativas.
¿Qué características tiene?
El mediador debe ser una persona con una gran capacidad comunicativa, con una gran asertividad y empatía, sin dejarse del todo llevar, para mantener la objetividad entre las partes, necesaria para una correcta intervención. Ha de ser imparcial y poseer facilidad para la escucha activa y paciencia.
El mediador debe potenciar la capacidad de los participantes para tomar sus propias decisiones, haciendo énfasis en los intereses mutuos, más que en los derechos individuales de las partes en conflicto para potenciar que ambas partes «ganen» después de este proceso.
Estas características determinan el clima del proceso de mediación, que facilitará la llegada a acuerdos, superando el clima de hostilidad propio del conflicto.
¿Qué funciones tiene un mediador?
Las principales funciones del mediador son las de:
- Facilitar la comunicación entre las partes.
- Ayudar a identificar el conflicto.
- Crear un clima de confianza y respeto que facilite la comunicación.
- Evaluar si las condiciones y posiciones de las partes en conflicto permiten llevar a cabo el proceso de mediación y posterior acuerdo.
Sergio Atienza Valiente
CV11076